Animales ponzoñosos en España: aspectos médicos


R. López-Vélez* y A. Valledor de Lozoya**

*Medicina Tropical y Parasitología clínica. Enfermedades infecciosas. Hospital Ramón y Cajal. Madrid.
**Zoólogo especializado en animales venenosos. Médico de Familia.


-Serpientes-

Especies


Las especies de víboras ibéricas son la áspid (Vipera aspis), la hocicuda o de Lataste (Vipera latastei) y la de Seoane (Vipera seoanei). De las culebras, la bastarda o de Montpellier (Malpolon monspessulanus) es la única venenosa, aunque las consecuencias de su mordedura son siempre de carácter leve.

Patogenia


El veneno de las víboras es hemotóxico y citotóxico, pero no neurotóxico. Contiene enzimas proteolíticas, fosfolipasas, ribonucleasas, colagenasa e hialuronidasa.
Libera mediadores inflamatorios, activa el complemento, aumenta la permeabilidad capilar y puede introducir hemólisis y coagulopatía.

Clínica


La mordedura de las víboras deja una o dos marcas, correspondientes a los colmillos, a diferencia de la de las culebras, que deja dos filas de punciones. Aparece un dolor inmediato e intenso, seguido de edema de la zona y, a veces, necrosis focal. El edema puede extenderse a todo el miembro y en ocasiones llegar a producir un síndrome compartimental con necrosis secundaria por isquemia. Se puede acompañar de taquicardia e hipotensión. La sintomatología sistémica, como hemólisis masiva, coagulopatía de consumo, fracaso renal o shock, es rara; si aparece, no suele hacerlo antes de 24-48 horas. Revisten mayor gravedad las mordeduras en cara o cuello y en los niños o en pacientes debilitados. La mortalidad de las mordeduras no es mayor al 2%. Con todo, en nuestro país, fallecen anualmente de 3 a 5 personas por esta razón.

Tratamiento


Medidas inmediatas. El corte local y succión posterior está contraindicado. Se desinfectará la zona, se administrará, según criterio individual, un analgésico y/o un tranquilizante. El miembro mordido se inmovilizará y se someterá a un vendaje compresivo. De esta forma se realizará el traslado. El uso del torniquete aplicado en la raíz del miembro está discutido, ya que una compresión excesiva puede provocar isquemia irreversible y las descompresiones periódicas se podrían acompañar de una liberación en picos del veneno.

Medidas hospitalarias. Es prudente un ingreso de 24 horas para valorar la evolución de la sintomatología local si la hubiese y para detectar la posible aparición de toxicidad sistémica. Se demarcará el área de necrosis y del edema del miembro mordido, a fin de valorar la progresión de las lesiones. Tras una limpieza de la herida se administrará profilaxis antitetánica. Se tomarán constantes de forma periódica (tensión arterial, frecuencia cardíaca, diuresis, etc.). A las 12 horas se realizará un hemograma completo, estudio de coagulación con determinación de productos de degradación del fibrinógeno (PDF), bilirrubinemia, bioquímica renal y un sedimento urinario.

Suero antiviperino (SA). Debe ser usado por profesionales con experiencia ya que su administración conlleva grandes riesgos. Es un suero heterólogo de origen animal (generalmente polivalente) que puede desencadenar un shock anafiláctico inmediato o, más frecuentemente, una enfermedad del suero por hipersensibilidad tardía, ya que contiene fragmentos Fc que son anticomplemento. Su administración queda restringida a casos graves de toxicidad local rápidamente progresiva y a casos de toxicidad sistémica. Es útil aun pasadas 48 horas desde la mordedura, aunque su máxima eficacia se alcanza si se administra precozmente. El valor del test de hipersensibilidad (inyección subcutánea de SA diluido 1/100 y aparición de habón a los 20 minutos) está muy discutido, ya que un test negativo no excluye la anafilaxia y uno positivo no contraindica formalmente (aunque sí alerta del riesgo de hipersensibilidad) la administración del SA. Se tendrá siempre a mano una jeringuilla cargada con adrenalina.

Se administra por vía intravenosa lenta: 3 ampollas en suero glucosilado en la primera hora, y se repetirá una dosis de 2 ampollas en la segunda si progresaran los síntomas. Rara vez se requieren dosis mayores. Las dosis en niños son las mismas que en adultos.


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